Retail

EDEKA Fitterer, Rülzheim (Alemania)

Con F de «frescura»: experimente la sensación de comprar en EDEKA Fitterer, en Rülzheim

Somos lo que comemos: la comida se ha convertido en un instrumento de construcción de la identidad. Además del objetivo de comer sano y las intolerancias alimentarias, la sostenibilidad es otro aspecto que hace que los consumidores elijan los productos que compran de manera más consciente. Calidad por encima de cantidad, porque el comportamiento de los consumidores revela un estilo de vida que se mide por criterios como la calidad orgánica y la regionalidad. Esta tendencia presenta retos completamente nuevos al comercio minorista. Los productos deben presentarse de tal forma que el cliente pueda identificarse con ellos. Wanzl Shop Solutions, el experto en equipamientos comerciales, ha desarrollado un concepto especial en estrecha colaboración con el departamento de montaje de tiendas de EDEKA para la reapertura de su tienda de 2200 m² EDEKA Fitterer en Rülzheim: la  superficie de la tienda hace que los clientes tengan la sensación de visitar un mercado semanal de estilo retro.

El diseño de EDEKA Fitterer se basa en la imagen que tiene de sí misma la familia que la gestiona. De acuerdo con el eslogan «Fit, Fitter, Fitterer», su nombre representa la regionalidad, la frescura y la calidad de más alta categoría. Destaca por su sello de calidad, adaptado de manera individual a los diferentes segmentos de productos. El concepto utiliza un patrón de rombo blanco tejido como motivo redundante que recuerda a la cesta de compra tradicional, combinado con acero inoxidable gris y madera clara. «Queríamos un diseño uniforme que recorriera las distintas secciones para crear un ambiente tranquilo, en el que los clientes puedan sentirse cómodos y disfrutar de las compras poniendo en práctica todos sus sentidos. De este modo, conseguimos una estancia de duración superior y aumentamos la probabilidad de compras adicionales», explica Tino Pilharcz, director de Key Account Management de EDEKA National en Wanzl.

Desde el principio, recibimos a los visitantes con una apetitosa barra de ensaladas y sopas de Wanzl. Los hervidores de sopa de metal negro y la pared trasera en forma de cesta con un elegante mostrador de madera logra que los colores frescos de las distintas variedades de ensaladas surtan efecto, animando a los visitantes a servirse. Justo al lado, el expositor de frutas y verduras en llamativos tonos de rojo, verde, amarillo y naranja brilla bajo la cálida luz de las luces colgantes del sistema de estanterías Vitable, inspirado en puestos de mercado tradicionales.

Uno se siente como si estuviera de verdad en un mercado. El efecto se intensifica gracias a las cestas de madera en las que se disponen pepinos, tomates y berenjenas casi recién cosechados del campo. Los apliques de madera de los estantes y las paredes añaden toques hogareños, mientras que la disposición horizontal en forma de láminas imita las cajas de fruta rústicas. También llama la atención el exprimidor de zumo situado en el centro de la sección, con su cesta llena de naranjas, que puede verse desde cualquier lado y aporta, además, un toque de color. Como elemento especial, se anuncia kebab recién hecho en las baldosas del suelo de manera similar a una búsqueda del tesoro. Si el cliente sigue la indicación «Hier lang» («Por aquí»), acaba llegando al mostrador de kebab recién hecho, donde un rulo de kebab gira bajo una gran carcasa verde.

A solo unos pocos metros, llama especialmente la atención el cartel «Fitterers Honig» («miel de Fitterer»). Mientras que la gama de colores en la zona de alimentación es muy limitada para no robar protagonismo a los productos, la miel ecológica regional de producción casera se expone en un estante independiente. «Para la presentación de la miel ecológica hemos optado por una puesta en escena en toda regla», explica Pilharcz acerca de este elemento visual destacado. «En combinación con la iluminación especial, el producto se encuentra literalmente sobre un escenario, como si se tratase de una estrella a la que ilumina un foco. Así logramos captar la atención del comprador», añade. Se exponen variedades seleccionadas para su degustación sobre cuatro soportes, y los clientes pueden leer información sobre sus características y origen regional en la pared del estante, decorada con pequeños panales en amarillo intenso. El efecto del color del cartel se intensifica gracias al fondo gris oscuro del estante, de manera que el diseño de los panales hace que la miel parezca fluir desde la distancia: una ilusión que despierta el apetito de los clientes.

El recorrido por el mercado dirige al cliente a la sección de productos frescos. «Para el pescado, la carne y el queso, hemos adaptado el concepto de estructura con tablas de madera y pizarras en la pared como las de la cocina de una casa rústica», explica Pilharcz. Los focos del techo y la pintura en blanco y negro permiten que la carne, el pescado y el queso destaquen con luz fría. Las tablas de madera también sirven como elemento decorativo en los grandes arcones congeladores frente al mostrador. En consonancia con la temática del expositor, se presentan unos graciosos refranes sobre pizarras negras encima del mostrador, que tratan de sacar una sonrisa al comprador como, por ejemplo, el conocido trabalenguas «Fischers Fritz fischt frische Fische» («El pescador Fritz pesca peces frescos»).

En la sección de vinos y licores, los clientes se sumergen en un viaje por el cálido sur: cajas de madera, barriles de vino pesados y pictogramas de uvas trasladan al visitante a una bodega mediterránea. Las botellas de vino vacías como elementos decorativos emanan encanto rústico. La luz cálida ilumina sutilmente el contenido de las botellas catalogadas como «Fitterers Premium». Por el contrario, la estantería pure tech presenta un diseño discreto que hace que el producto destaque en primer plano para llamar la atención del potencial comprador. Al recorrer los pasillos de la sección de vinos, hay una barra con taburetes de bar que invita a sentarse.

La sección de droguería resulta ser un sueño ochentero hecho realidad con imágenes en el suelo de cosméticos con llamativos tonos rosas y blancos sobre un fondo gris. Hay un pequeño rincón de maquillaje de estilo moderno delante de un espejo con Polaroids para probar los productos. Así, ir de compras puede recordar a una noche de chicas que se preparan antes de salir hacia la discoteca. Asimismo, hay bolas de discoteca plateadas deslumbrando en el techo junto con un mensaje en la pared que dice «Fitterers Qualität» («Calidad Fitterer»).

La penúltima parada antes del punto de venta es única: la «Candy Shop» presenta un estilo vintage de los años 50. Letras de colores iluminadas con pequeños puntos de luz atraen todas las miradas y recrean la puerta de entrada al País de las Maravillas de Willy Wonka, un carrusel en un recinto ferial, bajo cuyo dosel hay una animación en espiral que hace que se iluminen los ojos de los más pequeños. En el centro del espacio, deliciosos dulces cuelgan de las columnas de color pastel. Incluso los tubos de ventilación de las paredes se mimetizan con la temática «Candy Colours». La puesta en escena se enmarca en la estantería wire tech, lo que hace que los dulces parezcan flotar.

El recorrido continuará igualmente colorido hacia la sección de flores. La «caja de flores frescas», que desprende un exquisito aroma, se encuentra sobre un carro con ruedas negro bajo una marquesina rosa y blanca. Los diseños de las cestas y cajas de madera combinan con los diversos colores de las flores y el ambiente natural que aporta la iluminación diurna, mientras que los pequeños origamis en color rojo añaden un toque natural sobre un fondo negro a modo de salpicadura de color adicional. Asimismo, la zona de cajas presenta un cierto carácter hogareño a través de los paneles de madera con focos de techo. Junto con las columnas, esta zona supone una separación de espacios de los puntos de venta más frecuentados, además de ofrecer una atmósfera de tranquilidad en la que los clientes pueden terminar sus compras de forma relajada.

Las estanterías de EDEKA Fitterer albergan un total de 40 000 artículos, y sus requisitos para la adaptación del concepto de diseño son tan individuales como el denominador común que los une: la máxima naturalidad posible. Pilharcz resume en pocas palabras: «Hoy en día, no basta con presentar el producto, sino que hay que pensar más allá. Hacer la compra debe despertar sentimientos con los que los clientes jóvenes en particular se puedan sentir identificados. Esa es la clave del futuro de la venta minorista».