El movimiento opuesto al «cada vez más rápido» y «lo más rentable posible» es comprar en el mercado del deleite. En este caso, el enfoque no se centra simplemente en satisfacer la demanda, sino en la compra como experiencia social. La tienda se convierte en un lugar de visita frecuente, junto al lugar de trabajo y el hogar. Para ello, es imprescindible un diseño interior sofisticado. Con exquisitos materiales, artísticos arreglos decorativos, y presentaciones de productos de diseño exclusivo, nos ocupamos de conseguir un asombroso efecto visual.
