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Jan
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Historia contemporánea: cuando lo moderno se topa con lo tradicional

El Museo Junghans Terrassenbau da la bienvenida a sus visitantes a través de un moderno sistema de acceso de Wanzl

  

Aquí, los visitantes pueden, literalmente, impregnarse de la historia contemporánea, ya que el Museo Junghans Terrassenbau de Schramberg muestra la historia del reloj de la Selva Negra y de la empresa Junghans, una de las marcas de relojes alemanas más famosas hasta el día de hoy. El propio edificio del museo constituye una parte importante del mismo. Después de su finalización en 1918, se fabricaron hasta la década de 1970 millones de relojes en este edificio industrial de carácter único situado en pendiente, por lo que se trata de un escenario perfecto para un museo de relojes. Sin embargo, la construcción del arquitecto industrial Philipp Jakob Manz se sometió a obras por reforma y modernización durante dos años a consecuencia de la política de protección de monumentos históricos. El viaje en el tiempo comienza en el lugar donde solía estar la cantina de los empleados. Un sistema de acceso de Wanzl Access Solutions permite una entrada fluida. 

El Terrassenbau tiene un aspecto majestuoso en la pendiente escarpada de Geißhalde. Cuando se construyó a principios del siglo XX, Junghans era el principal fabricante de relojes a nivel mundial y su fábrica de la Selva Negra era un símbolo de eficiencia, progreso y pura elegancia. Esto también puede apreciarse en la nueva zona de recepción. «Durante la restauración del edificio principal, prestamos especial atención a los requisitos de conservación con el fin de aportarle una atmósfera única y preservar la estructura del edificio original del Junghans Terrassenbau. La zona de entrada incluye un vestíbulo de nueva construcción que se ha modernizado y  actualizado a nivel tecnológico deliberadamente. Decidimos crear un vínculo entre las innovaciones del presente y el pasado», explica el diseñador de interiores y diplomado en ingeniería Arkas Förstner. Desde su empresa Fön Design, materializó grandes áreas del Museo Junghans Terrassenbau y fue el encargado de su implementación como gestor del proyecto. En la zona de recepción, se centró en un diseño moderno y, sobre todo , luminoso. No obstante, preservó el estilo arquitectónico tradicional de Philipp Jakob Manz. Al fin y al cabo, lo más llamativo del edificio son las zonas de trabajo llenas de luz de las terrazas. Como consecuencia, los elementos del vestíbulo se eligieron en base a lo siguiente: «La temática del diseño fue un factor clave a la hora de tomar decisiones. Diseñamos la zona de entrada con elementos de gran calidad de madera auténtica y azulejos de gres porcelánico. Un aspecto especialmente llamativo es nuestro cajero automático, instalado en el interior de la habitación de manera precisa. A nivel visual, parece un smartphone de grandes dimensiones y cumple con la estética actual», apunta Arkas Förstner. Tras su apertura en junio de 2018, también se hizo cargo de la administración del museo, exactamente 100 años después de la primera puesta en marcha del edificio. En aquel entonces, los trabajadores tenían que hacer el gran esfuerzo de subir las escaleras hasta el noveno y último nivel de la fábrica, de 21 metros de alto. A día de hoy, hay un funicular en el exterior que lleva a los visitantes al nivel planta superior, el punto de partida de la exposición. 

Por supuesto, solo para quienes presenten su entrada. Para ello, el administrador del museo instaló un sistema combinado: «Por un lado, los visitantes pueden comprar su entrada en el mostrador de nuestro museo y, si lo prefieren, pueden usar el cajero automático del vestíbulo. Una vez disponen de su entrada, pueden atravesar un torno que funciona como control de acceso totalmente automático». El sistema de acceso de alta tecnología es 100 % Wanzl: «Para la zona de cajas necesitábamos una solución integral. Queríamos que el acceso al museo fuera lo más fácil posible, incluso cuando no hubiera personal en la zona de entrada por encontrarse supervisando la entrada de grupos ya registrados». Para lograrlo, la navegación del menú de los cajeros automáticos V21 de Wanzl debe ser interactiva e intuitiva. La pantalla táctil transparente de 21'', disponible en alemán o inglés, permite una comprensión clara de cada paso. Asimismo, las tiras de luz LED indican el estado de funcionamiento de las respectivas áreas de la estructura del cajero automático. Si parpadean, están listas para su uso. Por tanto, permite reconocer de manera inmediata lo que hay que hacer. El pago puede realizarse en efectivo o con tarjeta de débito o crédito. A continuación, la máquina imprime la entrada. El lector de códigos de barras del torno Sirio, situado en la sala contigua, escanea la entrada y da comienzo al viaje. «Con el vestíbulo de entrada, garantizamos a los visitantes del museo una entrada rápida, fiable y sin complicaciones durante el horario de apertura del museo», dice satisfecho Arkas Förstner. 

Solo eso, hace que la inversión valga la pena. Después del trayecto en funicular, los visitantes se maravillarán con la Colección Engelmann con sus relojes históricos de la Selva Negra, máquinas tragaperras con música, un original taller de relojería del siglo XVIII y los relojes de cuco típicos de la Selva Negra. Más adelante en el museo, puede verse el recorrido de diversos proveedores de Junghans, que se especializaron en diferentes ramas del sector tras el auge del reloj pionero de Schramberg. Por último, pero no menos importante, se retrata la historia de Junghans desde un punto de vista familiar y empresarial y se presenta la tienda de Junghans, donde se comercializan las colecciones actuales. Además de sus impresionantes exposiciones, la atmósfera tan particular que se respira en el edificio hace que el recorrido se convierta en toda una experiencia. Al pasear por las terrazas de 40 metros de largo, uno se siente transportado en el tiempo, a la época en la que ingenieros de precisión realizaban auténticas obras maestras. Para lograrlo, fueron necesarios alrededor de dos kilómetros de trabajos de estampación con plantilla, así como la renovación de miles de metros cuadrados de suelos de madera de roble y de casi 300 ventanas de carácter histórico, entre otras cosas. Como reconocimiento a su esfuerzo, el museo recibió el premio a la protección de monumentos de Baden-Württemberg en 2018 poco después de su apertura. 

¿Vale la pena el compromiso? Arkas Förstner se muestra decididamente positivo ante el futuro: «Es demasiado pronto para hacer un balance inicial, pero estamos seguros de que daremos la bienvenida a muchos visitantes. El paquete general que ofrecemos es el idóneo, ya que el Terrassenbau cuenta con un emplazamiento de museo único, la familia Junghans goza de un gran reconocimiento en la historia industrial alemana y nuestra oferta con elementos interactivos, estaciones de audio y películas permiten una experiencia de museo completa». El nuevo sistema de acceso es de gran ayuda a la hora de analizar el número de visitantes. El software de gestión ETISS ERP® de los cajeros automáticos desarrollado por Wanzl permite efectuar evaluaciones exhaustivas en tiempo real. «La función de control nos resulta muy útil. Permite llevar a cabo un registro cuantitativo, mientras distingue a los visitantes que pagan su entrada normal de los que tienen derecho a un precio reducido, de personas con guías o de grupos. El informe diario de ventas también es importante para mí como gerente del museo, ya que me permite saber cuántos visitantes acceden al museo a través de los cajeros automáticos o del personal», dice Arkas Förstner, y añade: «Las funciones adicionales de la pantalla táctil también nos resultan muy interesantes. Nos gustaría hacer autopromoción y actualmente estamos en la fase de implementación».